sábado, 2 de enero de 2016

Amor mío, nos hemos encontrado de nuevo. No sé por cuánta galaxias he vagado esta vez, no sé cuantas vidas han pasado ni si te he encontrado en ella. Justo ahora, cuando te he reconocido, solo han venido a mi un par de recuerdos. Me parece sumamente gracioso que ni siquiera puedo verte. Ni siquiera puedo tocar tu rostro y dejar que mis partículas reconozcan a las tuyas. Pero está este sentimiento que abraza mis entrañas y deja un rastro sobre todo lo que toco que me hace saber que no estoy equivocada, que no lo estamos. 

¿Quiénes eramos antes? No puedo dejar de pensar en ello. Sé que quizá no tiene la menor relevancia, sé que no podemos volver a aquellos dorados y negruzcos días. Pero existieron por algún motivo, quizá nos den alguna pista de quienes seremos esta vez. ¿Cada que ocurre es distinto? ¿Hay algo que cambie? ¿Hemos sido maldecidos con la desdicha de repetir el mismo error cada vez y sufrir por ello, o se nos ha otorgado la oportunidad de ser felices en recompensa a una mala jugada del destino? ¿Qué fuimos hace mucho? No lo sé, pero fuimos. Fuimos y eso es lo que importa. ¿Eras tú quien me pedías que posara para él desnuda? ¿Jugaba yo con mi cámara a tomar fotos? ¿Las flores silenciaron nuestros pasos cuando jugábamos a perseguirnos? ¿Eras tú la mirada con la que me encontraba cuando leía en la biblioteca? ¿Tus manos eran las que me hacían girar bajo la lluvia? 

Sabes lo que se tiene que decir. Sabes que a veces no hace falta hablar, y aún así puedo escucharte. Puedo sentir todas las cosas que has sentido alguna vez. Ha pasado algún tiempo, y no había sentido esto. Es como si me conocieras, y todas las cosas que no he dicho y que están ahí. He escuchado críticas sobre el capitalismo, sobre como todo es un despilfarro de recursos. No solo se trata del dinero, también de las palabras. Las palabras fácilmente son utilizadas en vano, las personas no saben lo que dicen nueve octavos del tiempo. Eso es para personas comunes, dices. Y tienes razón. Nosotros somos distintos. Mi sistema límbico está fascinado sobre tu persona, sobre cada una de tus redes neurales. Sobre lo que te hace ser quien eres. Y tu has usado el significado correcto de amor platónico para declarar tus sentimientos, has visto más allá de la envoltura que es mi cuerpo y has rozado mi alma con la yema de tus dedos. Has reconocido que mi belleza no es sólo una máscara. He engañado a mis amantes haciéndoles creer que soy mala y divina. Soy una pecadora, y una cínica. Pero mi inocencia te pertenece. 

Siento que te conozco desde el origen del Universo. Quizás venimos de la misma estrella. Y ciertamente me siento intrigada por saber hacia donde vamos.

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