18 años. No soy tímida, mucho menos inocente. Leo un montón de basura útil y me quejo el triple. Quería ser escritora pero Freud dijo que no, Piaget lo apoyó.
Un lunes de Agosto por la madrugada respiré y abrí los ojos al mundo. Pero esa no fue la primera vez que respiré, ni la primera vez que vi el mundo realmente.
Unos cuantos años después, unos extraños símbolos llamaron mi atención. Parecían dibujos con demasiadas similitudes unos con los otros, y los adultos les entendían, formaban frases con ellos. Después comprendí que se trataban de letras y con el paso de los años aprendí a descifrarlas. El día en el que leí mi primer libro respiré con primera vez y abrí los ojos al mundo. A otros mundos.
Soy una causa perdida, camino por este planeta con mi libreta verde, escribiendo sobre otros universos con una pluma de tinta hecha a base de lágrimas. Respiro los libros y vivo a base de palabras.
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